¿Por qué conformarte con un juego de comedor estándar cuando puedes diseñar un espacio único eligiendo uno por uno los muebles? Y todo empieza por la mesa de comedor: el centro de reuniones, conversaciones y grandes momentos.

Si tienes dudas sobre cómo elegir mesas de comedor, tenemos la guía perfecta para ti. Directa, clara y sin reglas rígidas. Porque crear tu propio espacio es eso: romper con lo establecido y hacerlo tuyo. ¿Listo para esta aventura! 

1. El espacio es un factor, pero no un límite

Romper las reglas está en nuestro ADN, pero hay una que vale la pena seguir: la comodidad. Después de todo, una mesa de comedor debe ser funcional y encajar en tu espacio sin restar fluidez. Así que, antes de elegir, toma una cinta métrica y define el área disponible.

Pero no lo veas como una restricción, sino como el punto de partida para diseñar algo auténtico. Una vez que tengas las dimensiones claras, la elección es tuya: mesas redondas, cuadradas, de madera o de cristal. ¿Límites? Solo los que tú decidas.

2. La forma de la mesa: más que solo cuestión de gustos

Las mesas de comedor no solo se eligen por material—mesas de madera, metal, plástico o cualquier otro sustrato—sino también por su forma. Y aunque existen bases esculpidas con diseños audaces, aquí hablamos de la superficie.

Cada forma tiene un impacto en la estética y en la dinámica del espacio. Las mesas redondas u ovaladas transmiten modernidad y fomentan conversaciones más fluidas al eliminar jerarquías. En cambio, las cuadradas y rectangulares siguen una línea más clásica y estructurada. La clave está en elegir no solo lo que te gusta, sino lo que mejor define tu estilo y la energía que quieres en tu comedor.

Y ya que hablamos de forma, aquí tienes dos opciones que van a marcar la diferencia, si te atreves a romper los moldes, la mesa Kota es todo lo que necesitas. Redonda, con una base de tres patas, y disponible en marrón oscuro o natural. Esta mesa no solo ocupa un espacio, redefine lo que es un comedor.

Ahora, si prefieres algo más tradicional, pero con un giro que no pasa desapercibido, la mesa Kampar es la opción. Tablero rectangular de madera con bordes redondeados y dos patas macizas en cada extremo. Suficiente para mantener la esencia, pero con ese toque único que cambia la perspectiva.

3. Mesas redondas ¡mide para que todos estén cómodos! 

Que la mesa entre en el espacio es solo el comienzo. Lo realmente importante es que nadie se sienta atrapado en un juego de sillas musicales. En mesas redondas, el equilibrio es clave.

Si son cuatro en casa, 120 cm de diámetro funciona perfecto. Pero si la familia es de ocho, necesitas al menos 180 cm para que cada quien tenga su lugar sin invadir el del otro. Porque una mesa bien elegida no solo luce increíble, también hace que cada comida sea un placer, no una batalla por el espacio. 

El modelo Big Foot es todo lo que buscamos: madera cachimbo, pintada en aceite rubio de Monocoat, lo que le da una protección extra para mayor durabilidad. Perfecta para un comedor de cuatro personas, donde cada detalle cuenta y se suma a la esencia de tu espacio.

4. El material no sólo es un tema de durabilidad ¡también de estilo!

Cuando eliges una mesa de comedor, el material define más que su resistencia: marca el carácter del espacio. Hay diferentes tipos de madera para mesa, pero la madera no es la única opción. Cristal, PVC, bases de mármol… Cada material tiene su propio estilo.

Si buscas calidez y un toque acogedor, la madera es la apuesta segura. Para un look minimalista, opta por acabados en blanco o cristal que amplían y dan ligereza al espacio. Y si te inclinas por lo industrial, combina metal y madera en tonos oscuros son la combinación perfecta.

5. Bonita, sí. ¿Práctica? Indiscutible.

El diseño importa, pero si mantenerla impecable es una batalla diaria, pierde todo el encanto. Una mesa increíble debe verse bien sin volverse un problema. Así que elige materiales resistentes, fáciles de limpiar y que no pierdan presencia con el tiempo.

También piensa en quiénes la usarán. No es lo mismo una mesa pensada solo para adultos que una donde los niños van a dibujar, jugar y dejar su huella (literalmente). En ese caso, la seguridad y la funcionalidad no son detalles, son esenciales.

6. Las patas de la mesa: ¿aliadas o enemigas?

Las patas de la mesa no son un simple detalle, son un statement de diseño. Pero ojo, porque lo que parece una genialidad estética puede volverse un dolor de cabeza si no lo piensas bien.

No es que debas huir de los diseños arriesgados, pero ¿qué pasa si esas patas imponentes terminan robando más espacio del que tienes? Ahí el problema no es el estilo, sino la funcionalidad. Así que antes de dejarte llevar, recuerda la regla de oro: la mesa debe encajar en el espacio sin convertir cada comida en una prueba de obstáculos.

7. Seguir el estilo o romperlo ¡Tú decides!

A la hora de elegir una mesa de comedor, tienes dos caminos: seguir la línea de tus sillas y otros elementos decorativos o atreverte a romper con lo convencional. Puedes optar por una mesa que complemente y fluya con el resto del espacio, o elegir una pieza más original y ecléctica que se convierta en el protagonista de la habitación.

No te pongas límites. Si te arriesgas, conseguirás un comedor único, que hable de ti. La mesa no solo sirve para comer, es la pieza clave que puede transformar todo el ambiente. Eso sí, un consejo: no dejes que la mesa rompa por completo con el estilo general de tu casa.

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